lunes, 16 de marzo de 2015

¿Cómo decir adiós a un gran amigo?

... marzo 16 de 2015
Suelen ser tan inexplicables los propósitos que a veces nos expresa el universo: ¿cómo decir adiós a un gran amigo? 

Este fin de semana la vida me ha abofeteado con un adiós contundente y radical. Un amigo del que hace dos semanas me había despedido, porque supuestamente era yo quien partía hacia otro país, se ha ido infinitamente lejos, así sin muchos preámbulos ni ceremonias. Nunca pude imaginar que ese sería nuestro último abrazo y nuestras últimas risas compartidas. Él siempre inundando cada ambiente con sus risas libres, desinhibidas y tan contagiosas.

En el tren fantasma hace ya unos años
Mi querido amigo, siempre un luchador de la vida que supo perseguir lo que su alma libre lo invitaba a buscar; debió enfrentarse a tantas estructuras sin miedo, con esa sonrisa, esa sonrisa… y esa frescura, dulzura y amabilidad que lo caracterizaron. Confieso que tu partida me ha chocado con la idea de lo efímera y volátil que es esta vida, me resulta un tanto desesperanzador ver cómo seres tan maravillosos como tú se van tan pronto. Todo sería mucho mejor si te quedaras hasta el cierre de este gran bar, hasta que nos echen como corresponde. Supongo que te has ido hacia un escenario más agradable.

Teníamos que haber compartido un rato más ese último día, siempre el tiempo tan corto, tan insuficiente y nosotros siempre tan ocupados, tan pendientes de tantos asuntos sin importancia… ya varias veces nos habíamos despedido con la seguridad de vernos de nuevo en una u otra ciudad ¿y ahora? Te fuiste así y me dejaste esperando ese próximo café aquí o allá.

Es extraño cómo nuestros inicios de ciclos fueron un poco paralelos. Llegamos al tiempo al principio de esos sueños de viajes y aventuras que compartíamos y dimos cierre a los mismos casi a la vez. Debo añadir que tú te tomaste muy en serio eso del cierre de los ciclos (sé que esto te soltaría una carcajada y casi te escucho). Puedo verte siempre feliz, tranquilo, puro, un joven sabio, un corazón brillante. Te voy a extrañar, amigo. 


Espero volver a encontrarte, tal parece que no será en ninguno de los que han sido nuestros lugares comunes. Te quiero mucho, te lo dije ese último día y te lo repito. Te fuiste tan rápido, pero tu luz no se apaga pues queda en todos los que te hemos querido un brillo de esa llama fuerte. E insisto, cómo olvidar tu risa, eso es imposible. Es maravilloso saber que lo que dejaste en todos es alegría y amor, además de muy buenos consejos, fue un verdadero gusto haberte conocido y haber compartido momentos tan valiosos. Buen inicio de ciclo, buen viaje mi Juanpa, es paradójico que te esté deseando a ti prácticamente lo mismo que me deseaste hace apenas dos semanas. Y aún siento que no tengo una respuesta, que logre convencerme, a la pregunta con la que empecé hoy a escribirte. Hasta siempre mi buen amigo y hermano.

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